1 ago 2012

PP y PSOE, dos grupos organizados para el delito

Tanto PP como PSOE son dos organizaciones orientadas al delito y al enriquecimiento de sus dirigentes; dos mafias en las que se practica la solidaridad interna y la omertá; dos mafias perfeccionadas que se benefician del control de una Justicia mediatizada y corrompida, lo que les dota de impunidad, y también de los medios de comunicación, con lo que han erradicado al periodismo de investigación –puede llegar a ser una forma de suicidio personal- y han minimizado la denuncia.

Esa descripción no pretende ser insultante, sino que refleja la estricta realidad. No tengo la menor duda de que en un Estado de Derecho tanto el PP como el PSOE serían ilegalizados como bandas organizadas para el delito. En términos de análisis, Al Capone tenía comprado al alcalde de Chicago, a miembros de la Justicia y a oficiales de la Policía. Ahora Al Capone es el alcalde, Frank Niti es oficial de Policía y los jueces son directamente elegidos por las mafias, de modo que ni tan siquiera han de pagarles la mordida pues en enjuague corre a cargo del extorsionado contribuyente.

El PSOE desarrolló muy pronto, en el felipismo, ese esquema de mafia que se enseñoreó de todas las instituciones de control como la Guardia Civil, el BOE o el Banco de España. La financiación ilegal del PSOE se estableció de manera mafiosa a través de extorsiones a las empresas. Toda aquella situación tuvo la consecuencia del amordazamiento definitivo de la Justicia. Ese esquema mafioso socialista se ha perpetuado de manera muy notoria en Andalucía, como ejemplifican casos como Mercasevilla o los ERE, que hablan de una red mafiosa muy extendida en diversos estratos y que afecta a toda la Administración.

El caso del PP no es menos ni más escandoloso porque tanto en su refundación como hasta el acceso del poder con José María Aznar en 1996 ese partido se presentó como oferta para limpiar la vida pública española. Lejos de ello el Partido Popular ha alcanzado niveles equivalentes y en no pocos caso superiores al partido socialista. Soy testigo de cómo el Partido Popular de la Comunidad Valenciana se corrompió en bloque al día siguiente de acceder al poder y lo hizo acudiendo a los mismos empresarios a los que había denunciado como corruptores en la órbita socialista. Así, en Alicante siguió mandando Enrique Ortiz o en Orihuela, Ángel Fenoll, y en la medida en que el Partido Popular extendió y consolidó su poder la corrupción se hizo capilar y se practicó a gran escala.

En Alicante el desarrollo de mafia del PP llegó hasta el asesinato. Concejales del PP de Polop de la Marina encargaron a sicarios el asesinato de alcalde de dicha localidad, perteneciente al PP, por disputas urbanísticas.

De hecho, el PSOE y el PP, en cuanto mafias competidoras, han colaborado en el delito, la mordida y la depredación en aquellos lugares donde han compartido el poder, como grupos de gansters que pertenecen a un mismo orden moral. Respondiendo al dicho de que entre bomberos no se pisan la manguera, PP y PSOE se han corrompido en comandita donde y cuando han podido. Como mafias que entran en litigio, PP y PSOE han hecho repartos ventajosos para ambos en cuanto a su esencia constitución delictiva. Lo han practicado así en cada una de las cajas de ahorro que han ido hundiendo.

Así, en Caja Castilla-La Mancha la mafia dominante es la socialista, pero la Comisión de buen gobierno estaba presidida por el destacado miembro del Partido Popular, Arturo García Tizón e Ignacio del Hierro, esposo de María Dolores de Cospedal, se lucraba de la Corporación Industrial como miembro del Consejo de Administración, con puesto muy bien remunerado.

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