En el mundo en el que vivimos, decir ciertas verdades no
corresponde a personas con cabida en los círculos mediáticos ni de
poder. Es extraño escuchar en los medios un discurso a favor del
decrecimiento y el reparto de la riqueza, y en contra del consumo y de los valores del sistema totalitario mercantil. Evidentemente la televisión,
y en general todos los grandes medios, viven de la publicidad y
dependen de sus propietarios, que suelen ser grandes corporaciones y
grandes bancos, a los que les interesa seguir con la religión más
extendida en nuestros tiempos: el consumo. Su lógica depredadora es
la que nos está llevando de cabeza al colapso de los recursos
energéticos, al inexistente reparto de la riqueza, al saqueo
indiscriminado de los países del Sur, y a una brecha cada vez más
grande entre ricos y pobres. Para que nos hagamos una idea, en el
estado español las 20 personas más ricas poseen la misma riqueza
que los 9 millones de personas que menos poseen.
En medio de todo este escenario insoportable, en el que el caos
parece hegemónico y además da la sensación de que no hay
alternativas, o al menos se preocupan de que no pensemos en ellas,
aparece el presidente de Uruguay, José Mujica o Pepe como le llaman
muchas personas que lo quieren como a un padre o como al sabio que nos enseña a diario. Pepe ha renunciado al 90% de su salario
como presidente, y lo destina a proyectos sociales. Tampoco vive en
el palacio presidencial, vive en su casa en el campo con su huerta y
sus perros, con absoluta sobriedad y sencillez. El palacio lo ha
cedido a un proyecto para que vivan allí unos niños refugiados
sirios. Muchas personas dirán que Pepe es especial, es un hombre que
es un ejemplo a seguir, es honesto, y efectivamente, eso es lo que
parece ser, lo verdaderamente preocupante es que esta persona sea una
excepción, y es que por raro que pueda parecer, Pepe lo que es, es
un hombre normal, y esto es lo que realmente nos llama la atención,
que una persona normal pueda tener voz y pueda decir libremente lo
que muchas personas pensamos a diario, pero que van en contra de la
ideología dominante del consumo, la cultura del trabajo, la
competitividad, etc. y que respiran más por las ideas del
cooperativismo, el decrecimiento, el apoyo mutuo, el respeto a la
naturaleza y el cuidado de todos los seres que en este mundo
convivimos. Ha legalizado los matrimonios homosexuales, el aborto y la marihuana en una región continental en la que los valores religiosos hacen de resistencia a ese tipo de cuestiones.
Tod@s somos como Pepe Mujica, ya
sabemos quiénes son los que no.
Aquí os dejo una intervención de Pepe Mujica que merece la pena visualizar.
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